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Durante la jornada electoral, los directivos del partido, el candidato y su equipo permanecerán reunidos desde que se abran las casillas hasta que ya no existan probabilidades de que sucedan incidentes.  El objeto de esta reunión continua y permanente, salvo las ausencias necesarias para votar, es analizar la información que se vaya recibiendo acerca de los hechos graves que se susciten y, en su caso, decidir y poner en práctica las acciones que más convengan.

ULTIMAS PALABRAS DEL EMPERADOR MARCO AURELIO A SU HIJO CÓMODO

Para esta postrera hora te tengo, hijo, guardada la mejor y más rica joya que yo he posseýdo en mi vida; y a los inmortales dioses protesto que si, como me mandan morir, me dieran licencia para leer, comigo en la sepultura la mandara enterrar. Sabrás, hijo, que en el año décimo de mi Imperio se me levantó una guerra contra los indómitos partos, y fue de tan mala manera, que fue necessario yr con mi propria persona a darles la batalla. Vencida, pues, la batalla, y asossegada la tierra, víneme por la antigua Thebas de Egypto por ver si hallaría alguna antigüedad de las del tiempo passado. En casa de un sacerdote egypcio hallé una tabla pequeña, la qual colgavan a la puerta de la casa del rey el día que le alçavan por rey, y dezíame aquel pobre sacerdote aver escripto lo que estava en aquella tabla un rey de Egypto llamado Tholomeo Arsácides. Yo ruego, hijo, a los inmortales dioses que tales sean tus obras, quales hallarás en ella las palabras. Como Emperador te dexo eredero de tantos reynos, y como padre te doy esta tabla de los consejos. Las palabras que los padres dizen a sus hijos en la hora postrera siempre las han de tener en la memoria. Sea, pues, ésta la última palabra: que con el imperio serás temido y con los consejos desta tabla serás amado.»

Esto dicho y la tabla entregada, bolvió el Emperador los ojos y perdió el sentido, y por espacio de un quarto de hora estuvo assí penando, y dende a poco dio el espíritu. Estavan en aquella tabla unas letras griegas, casi por modo de verso heroyco, que en nuestro vulgar querían dezir:

Nunca sublimé al rico tyrano, ni aborrescí al pobre justo.

Nunca negué la justicia al pobre por ser pobre, ni perdoné al rico por ser rico.

Nunca hize merced por sola afición, ni di castigo por sola passión.

Nunca dexé mal sin castigo, ni bien sin galardón.

Nunca clara justicia cometí a que la viesse otro, ni la obscura determiné por mí mismo.

Nunca negué justicia a quien me la pidiesse, ni misericordia a quien la mereciesse.

Nunca hize castigo estando enojado, ni prometí mercedes estando muy contento.
Nunca me descuydé en la prosperidad, ni desesperé en la adversidad.

Nunca hize mal por malicia, ni cometí vileza por avaricia.

Nunca di la puerta a lisongeros, ni las orejas a murmuradores.

Siempre trabajé ser amado de buenos, y nunca tuve pena por ser aborrecido de malos.

Por favorescer a los pobres que podían poco, fui favorescido de los dioses contra los que podían mucho.  Antonio de Guevara. Reloj de Príncipes.

Antonio de Guevara. Reloj de Príncipes

 
   
Sexta Parte. La jornada electoral y la defensa del voto

I. La jornada electoral - II. La defensa del voto

I. La jornada electoral

 

A. Promoción del voto durante la jornada electoral

En donde las leyes electorales lo permiten,1 la campaña se extiende hasta el día de la elección, para culminar el esfuerzo de promoción del voto con una jornada agotadora.2 Al efecto, se formula un programa especial que integra a todos los miembros de la campaña que puedan participar en esta tarea, cuyo objetivo es llevar a las urnas al mayor número de electores identificados como favorables al candidato.

El programa prevé que los recursos humanos y materiales asignados a cada tarea puedan ser modificados conforme a la afluencia o ausencia de electores que se observe en el transcurso de la jornada electoral y que haga más urgente la concentración de las acciones de promoción del voto en determinadas secciones.  Asimismo, se incluyen grupos de voluntarios dispuestos a prestar, a los electores que puedan requerirlos, servicios de transporte, de cuidado de enfermos y similares, para que puedan presentarse en las casillas.

La telefonía celular ha abierto formas de comunicación nuevas y más eficaces para todos los que participan en este esfuerzo, así como con los electores, lo que ha multiplicado la eficacia de la promoción del voto.  Así, se puede elevar el número de votos que, de otra manera, resultaría notablemente más reducido.

Todos los participantes en el programa votarán antes de empezar sus actividades.  También fijarán una hora a partir de la cual ha de iniciarse la acción exhaustiva de promoción del voto. 

Generalmente, la promoción se lleva a cabo de la siguiente manera:

Junto a las casillas se apostan observadores con listas alfabéticas de electores favorables que, en contacto con los representantes del partido, cada determinado número de horas identifican a quienes no han acudido a votar v lo comunican a los centros de promoción del voto, desde los que se hacen llamadas telefónicas o se envían voluntarios para convocar al sufragio a quienes, siendo favorables al candidato, aún no han depositado su voto en las urnas.  De ese modo, un elector moroso puede recibir varias llamadas o visitas a medida que avanza el día y no se presenta a votar.

Cuando no se dispone de un registro individual de las preferencias de los electores, las campañas concentran la promoción del voto vía teléfono, en carros con altoparlantes o personalmente, en las zonas en donde se tiene seguridad de que los electores están mayoritariamente en favor de sus candidatos y, en lo posible, van registrando a quienes les informan que ya votaron, para no contactarlos de nuevo.  Asimismo, piden a las organizaciones que apoyan al candidato que promuevan, por teléfono o personalmente, que sus miembros hagan efectivo su voto.  El propósito es el mismo: hacer que los electores favorables efectivamente voten.
La estrategia general a seguir en la promoción del voto durante la jornada electoral es concentrarse en las áreas que, si bien son consideradas más favorables hacia el candidato, están siendo identificadas como de baja votación por los observadores de las casillas.

Se aconseja que el llamado al voto sea realizado por el mismo solicitador que hizo el contacto inicial, si es el caso; que se pregunte de parte del candidato si el elector ya ha acudido a las urnas y si la respuesta es afirmativa, se agradezca la atención a la llamada y se pase al siguiente nombre de la lista.  En el caso de que la contestación sea negativa, se resaltará al elector la importancia que un voto tiene para el candidato y le recordará dónde se encuentran ubicadas las urnas y el horario en que se mantendrán abiertas.  Si el elector plantea algún problema, se ofrecerá ayuda para solucionarlo.

El error más frecuente en las actividades de promoción del voto durante la jornada electoral es la duplicación de llamadas telefónicas y contactos personales, con lo que se corre el riesgo de saturar a los electores al grado de que ya no voten o no lo hagan por el candidato.  Es probable que ocurran resultados negativos semejantes si varios candidatos buscan, cada uno por su lado, llevar al mismo elector a las urnas.

B. Las actividades del candidato

Cuando se permite la promoción del voto durante la jornada electoral, el candidato tiene que participar en este último esfuerzo en los términos descritos en los párrafos anteriores.  Pero cuando las leyes electorales establecen un periodo de "silencio" entre el cierre de las campañas y el día de la elección, las actividades del candidato prácticamente terminan con el cierre de campaña; por lo tanto, el día de la elección sólo tiene que emitir su voto y esperar los resultados.  Sin embargo, lo que el candidato deba hacer durante este día depende también de la eficacia con que su partido haya contribuido a la organización de las elecciones y del grado en que puedan presentarse situaciones conflictivas en la recepción del voto.

Si el partido ha cumplido con eficacia sus responsabilidades en la elección y no sé avizoran grandes problemas durante la jornada electoral, la actividad del candidato es reducida; no obstante, conviene establecer una agenda para que la prensa esté en disposición de hacer la cobertura correspondiente.  Entre las principales actividades que habrá de realizar el candidato el día de la elección destacan las siguientes:

  • Por medio del partido, se mantendrá informado del desarrollo de los comicios: la apertura de las casillas, los incidentes graves durante el día y el cierre de la votación.
  • Se aconseja que mantenga la mayor visibilidad durante el día de la elección, como una última oportunidad para influir en los electores.  El momento en que puede alcanzarse la mayor visibilidad, es cuando el candidato acude a la casilla a depositar su voto; por lo tanto, debe promoverse que este acto sea cubierto por los medios masivos y difundido en las noticias de la tarde, antes del cierre de la votación.
  • También puede ganar visibilidad en las elecciones locales y pequeñas, si pasea con su familia por las zonas comerciales o de recreo más visitadas, en donde puede detenerse a hacer algunas compras o en algún café o restaurante; desde luego, de este recorrido se informará a la prensa.
  • La presencia del candidato puede mantenerse por medio de llamadas telefónicas de agradecimiento, a quienes apoyaron la campaña de algún modo, pero sin formar parte de ella.
  • Otra actividad importante del candidato es tener una reunión con los principales miembros de su partido y de su equipo, para estar al tanto de las noticias de que se dispongan acerca de cómo se desarrolla la votación.  Algunos candidatos organizan una red de observadores en casillas representativas para estar informados de la marcha de la votación y para obtener resultados que permitan predecir al ganador.  En condiciones normales, esto parece un desperdicio innecesario, ya que de todos modos se sabrá, con suficiente oportunidad, quién es el triunfador.  Además, si la información que se recaba no es favorable, prácticamente ya nada se puede hacer.
  • Si existe la seguridad de que los resultados preliminares oficiales se puedan conocer el mismo día de la elección, el candidato, su equipo y sus simpatizantes pueden reunirse en el cuartel de la campaña, cuando la votación se ha cerrado, en espera de esta información.
  • Una vez recibida la información oficial del cómputo de los votos, el candidato hará una declaración a la opinión pública acerca de la jornada electoral y la tendencia de la votación, la que también debe incluir un agradecimiento a todos los que participaron en la campaña.  Se gane o se pierda, se aconseja solicitar el apoyo y compromiso para seguir trabajando y alcanzar los valores que los animaron a participar en la competencia electoral.  Se da término, de este modo, a las actividades del candidato durante el día de la elección, salvo que se celebre de inmediato la fiesta de la victoria.

La agenda del candidato es diferente cuando su partido, por distintos motivos, no ha podido cumplir eficazmente con sus tareas en la organización de las elecciones; en especial, en lo que se refiere a la integración, capacitación y motivación de los representantes en las casillas.  Lo mismo sucede cuando se trata de candidaturas independientes.

Si fue así, la campaña tuvo que asumir la responsabilidad de reclutar, seleccionar, capacitar y registrar a los representantes del partido en las casillas.  En consecuencia, durante la jornada electoral, el candidato verificará que todos los representantes hayan acudido puntualmente a las casillas y, de no ser así, tratará de sustituirlos de inmediato; estará al pendiente de cómo se va desarrollando la elección respecto a incidentes graves que pudieran poner en riesgo la votación; y, finalmente, establecerá un procedimiento para que los representantes informen de los resultados electorales en cada casilla y entreguen las copias de las actas respectivas, de modo que pueda definirse quién fue el ganador de la elección.  En suma, el candidato y su equipo suplen el papel que normalmente le correspondería al partido.

La agenda del candidato es diferente también cuando se prevén situaciones de conflicto durante el día de la elección.  El candidato, su equipo y los directivos del partido identificarán las casillas o lugares en donde puedan suceder incidentes graves, analizarán las opciones para hacerles frente y acordarán una línea de acción ante cada caso posible, si los actos que se temen llegan realmente a presentarse.

En general, se aconseja disponer de personal informado y capaz de defender al candidato en donde aparezcan irregularidades; ubicarlo en las casillas estratégicas para que trate de resolver los problemas amigablemente y, si algo es grave, llame al coordinador general de la campaña.  En todos los casos, se recomienda guardar las pruebas de los hechos que puedan sustentar una acusación formal ante los tribunales.

Durante la jornada electoral, los directivos del partido, el candidato y su equipo permanecerán reunidos desde que se abran las casillas hasta que ya no existan probabilidades de que sucedan incidentes.  El objeto de esta reunión continua y permanente, salvo las ausencias necesarias para votar, es analizar la información que se vaya recibiendo acerca de los hechos graves que se susciten y, en su caso, decidir y poner en práctica las acciones que más convengan.

C. La celebración de la victoria

Existe acuerdo general de que es necesario celebrar la victoria; pero mientras algunos se inclinan por hacer la fiesta la noche misma de la elección, otros recomiendan llevarla a cabo en fecha posterior.  En el primer caso, se trata de que los simpatizantes del candidato esperen el resultado en una atmósfera de diversión, de agradecimientos a todos cuando aún están bajo la euforia de la lucha y, si el resultado es negativo, de "perder graciosamente".  La principal desventaja de hacer la celebración en esta fecha es que los resultados electorales pueden demorar o no llegar, además de que el equipo puede estar muy fatigado.

La otra opción es organizar la fiesta una semana después de la elección; esto puede ser conveniente hasta cierto punto, ya que los resultados electorales serán definitivos, los participantes no estarán cansados y el candidato no se verá obligado a mantener la postura como tal, que parece obligatoria en las fiestas celebradas el mismo día de la jornada electoral.  La desventaja es que la euforia de la campaña habrá pasado.

1 En algunos países se permite inclusive la propaganda durante la jornada electoral, con la única limitación de que se realice a determinada distancia de las casillas en las que se recibe la votación; en consecuencia, las actividades en el frente de la propaganda comprenden también el día de la elección.

2 Véase el capítulo VI “El frente de la promoción del voto” e la Quinta Parte del Manual.