En donde las leyes electorales lo permiten, la campaña se extiende hasta el día de la elección, para culminar el esfuerzo de promoción del voto con una jornada agotadora. Al efecto, se formula un programa especial que integra a todos los miembros de la campaña que puedan participar en esta tarea, cuyo objetivo es llevar a las urnas al mayor número de electores identificados como favorables al candidato.
La campaña tuvo como objetivo primordial convertir al candidato en ganador; si lo obtuvo fue porque pudo conseguir que la mayoría de los electores que ejercieron el sufragio votara en su favor. Pero no basta haber logrado el voto, siempre es necesario disponer de una estrategia de defensa de ese voto obtenido, especialmente en elecciones competidas.