El objetivo de este frente es mantener la presencia del candidato en los medios masivos, de modo que se difunda su mensaje, se conozcan sus mejores cualidades y se transmita la impresión de que la fuerza con que se desarrolla la campaña lo llevará necesariamente a la victoria electoral.
Se trata de llevar a la práctica el programa de medios gratuitos1 y, en su caso, hacer las modificaciones pertinentes y oportunas, de acuerdo con el desarrollo de la competencia electoral, para sacar provecho noticioso de todos los actos del candidato y de todas las actividades de la campaña, así como para hacer uso de todas las oportunidades de insertar información ofrecida por los medios noticiosos.
La atención que los medios informativos prestan a las campañas depende de muchos factores. El nivel de la elección es fundamental: las campañas pequeñas y locales suelen no llamar la atención de la prensa; las presidenciales, la acaparan. También cuentan las expectativas acerca del sentido de la votación; por ejemplo, si los resultados previstos pueden modificar significativamente las tendencias electorales o si se trata de una contienda muy reñida, la prensa dedica más atención a los procesos electorales. Además, depende de los propios contendientes: si participan candidatos de personalidad fuerte y con posiciones precisas y opuestas, la cobertura de la prensa puede ser más amplia y constante.
En cualquier circunstancia, "ganar" los medios es de importancia estratégica para todas las campañas.
A. Actividades principales
Para lograr el objetivo general que se persigue en este frente, es necesario realizar una serie de actividades, entre las que destacan las siguientes:
1. Mantener relaciones con los medios noticiosos
Lo ideal es entablar buenas relaciones con cada director de diario, de radiodifusora o de revista, y con los periodistas, camarógrafos y fotógrafos que cubren la fuente política especializada, para que se apoye la campaña o, por lo menos, no se le sujete a críticas y ataques despiadados. Lo factible es desarrollar relaciones de colaboración respetuosa y recíproca para que periodistas y candidatos puedan cumplir sus propósitos. Lo peor es llegar a establecer relaciones conflictivas que generen ausencia o restricción de la cobertura o un enfoque cargado de animadversión; ninguna campaña puede permitirse el lujo de tener enemigos entre los profesionales de la información.
Para lograr buenas relaciones con los medios noticiosos se han formulado una serie de recomendaciones que el candidato y el responsable de la atención de este frente deben observar:
- El mejor consejo sigue siendo: diga siempre la verdad. "Nunca mienta a un reportero. Ni trate de ser algo que no es."
- Sólo se debe responder a alguna pregunta cuando se tenga certeza de la respuesta. Vale más callar que después corregir.
- En general, el candidato será su propio vocero, no el equipo de la campaña.
- Se convocará a la prensa cuando se tenga algo importante que decir. De lo contrario, se perderá seriedad y la prensa terminará por no acudir, aun cuando exista una noticia relevante.
- Se procurará un estilo de accesibilidad constante, de apertura a los comentarios y sugerencias, de permitir el diálogo sobre los males de la campaña, de manejar los desacuerdos de frente y abiertamente.
- Puede compartiese la estrategia con la prensa mediante presentaciones previas para los reporteros de los materiales que se enviarán al público y a los medios masivos. El éxito real de la campaña no es el plan, sino su realización. Se puede incluso revelar las contribuciones, sin dar datos acerca de los donadores, así como informar de la manera en que se está gastando el dinero en cantidades y porcentajes gruesos.
- Se distribuirá equitativamente la información. Aunque se prefiera a los grandes medios, hay que dar también algo a los pequeños.
- La cobertura de los actos de los oponentes no dará origen a reclamaciones y conflictos.
- La relación con los reporteros será de respeto, como ojos y oídos de electores ausentes.
- Se tratará directamente con los reporteros lo que no le agrade al candidato, no planteárselo a sus jefes. Con calma se pueden aclarar situaciones con ellos, pero sin llegar a la confrontación pública.
- La queja sistemática con los reporteros acerca de lo que escriben siempre es fuente de conflicto. Más vale desarrollar una piel gruesa y sentido del humor.
- Nunca se acusará a la prensa o a un reportero de parcialidad. Es mejor invitarlo para discutir el problema. Si no se resuelve, hay que ignorarlo y evitar darle más entrevistas, a menos que otro reportero esté presente.
Es tarea fundamental del responsable de este frente acercar al candidato con la prensa mediante visitas a los medios y reuniones informales, así como resolver cualquier roce que pudiera suscitarse entre ambos.
El personal de la campaña que participe en este frente conducirá al candidato de una manera congruente en sus contactos con la prensa y lo protegerá de preguntas y asuntos peligrosos hasta que se desarrolle una estrategia bien pensada.
2. Mantener informado al candidato
A pesar de andar en campaña, el candidato será informado de los acontecimientos locales, nacionales e internacionales, de las acciones gubernamentales, de lo que se difunde acerca de su campaña y la de sus opositores.
En las campañas pequeñas uno o dos voluntarios pueden hacer recortes de prensa y estar atentos a las noticias de radio y televisión para preparar un resumen noticioso de cada día. En las campañas mayores, esta labor se realiza de manera más completa y compleja.
Lo importante es que el candidato pueda reforzar su mensaje con los acontecimientos diarios y responder adecuadamente a la solicitud de opiniones y posiciones respecto a esos sucesos que le harán la prensa o los mismos electores interesados en ellos.
3. Analizar la prensa
Sobre todo en las campañas mayores, debe realizarse a diario un análisis de la manera como se están reflejando las actividades electorales en la prensa, tanto en lo que se refiere a la campaña propia como en lo que corresponde a la que llevan a cabo los demás candidatos.
Se trata, en primer lugar, de identificar omisiones, poca relevancia de las notas acerca de la campaña, errores en la información, énfasis en otros aspectos distintos a los que puedan reforzar el mensaje, tendencias a la etiquetación negativa del candidato, parcialidad u hostilidad de algunos diarios y periodistas.
En segundo término, se analiza, con criterios similares, la información que los medios noticiosos difunden respecto a las campañas de los opositores.
En tercer lugar, de acuerdo con el análisis realizado, se sugieren medidas para: corregir las deficiencias que dependen del candidato o de la organización de la campaña; resaltar aspectos que clarifiquen el mensaje o eviten impresiones negativas del candidato; y, precisar a los reporteros y articulistas la información que motiva sus juicios críticos y negativos.
En cuarto término, la información acerca de los candidatos opositores y sus campañas se analiza para tratar de aprovechar sus aspectos negativos mediante un mayor énfasis en las diferencias que el candidato guarda respecto a ellos o, más directamente, por medio de la campaña negativa.
4. Generar noticias de los actos del candidato y de las actividades de la campaña
Su propósito es mantener un flujo constante de información de la campaña hacia los medios noticiosos, principalmente mediante boletines de prensa. Al efecto, debe desarrollarse todo un sistema de distribución oportuna de boletines a los periódicos y estaciones de radio y televisión, de modo que se facilite su inclusión inmediata en las emisiones noticiosas.
Los boletines de prensa pueden ser de varios tipos:
a. De tema o posición
Como la mayoría de los medios no publican la literatura de propaganda, el candidato necesita volverla discurso ante un grupo de electores, ante su equipo o frente a los voluntarios, para que pueda ser considerada noticia y después emitir al boleto correspondiente. Normalmente, estos boletines suelen emitirse cada dos semanas a lo largo de la campaña.
b. De oposición
Es un boletín orientado aparentemente a algún asunto o problema, en el que se destaca la solución que propone el candidato y una crítica, incidental o inferida, al oponente. También puede comenzar el boletín con una crítica completamente abierta y directa a la posición del oponente y concluir con la propuesta del candidato para resolver el problema. La posición atribuida al oponente puede ser reciente y precisa o deducida de sus intervenciones públicas o de sus votos legislativos, si es el caso.
El ataque puede ser más general en su naturaleza y con pocos ejemplos específicos para fundar lo que se afirma, como acusar al oponente de no ser representativo del distrito para a continuación señalar, específica o implícitamente, lo que hace diferente al candidato de sus opositores. La intención es reducir el rating favorable del oponente principal y definir claramente las diferencias entre ambos. Este tipo de boletín suele utilizarse en la campaña negativa durante las últimas semanas con una frecuencia semanal.
c. Acerca de las actividades de la campaña
Incluyen los informes de avance de la campaña, de recolección de fondos, anuncios de nombramientos, actos, actividades, seguimiento de los mismos, boletines fotográficos del candidato con diferentes miembros de la comunidad, resultados de las encuestas favorables y avales notables. Suele generarse uno por semana. Estos boletines se deben referir a hechos pasados, ya que dar a conocer previamente el programa del candidato representa más desventajas que ventajas, pues proporciona a los opositores la oportunidad de adelantarse al candidato.
d. Eventuales
Son resultado de acontecimientos imprevistos, por lo que no pueden ser planeados en número y tiempo. No sólo son emitidos en consideración a la conducta o los ataques del oponente, a algún hecho de la campaña u otro incidente electoral, sino también pueden ser la respuesta a un determinado suceso de fundamental importancia que tenga lugar en la división electoral o en el ámbito nacional o internacional. Como aspirante a ser el líder político de la comunidad, el candidato tiene la responsabilidad de dar a conocer al público sus reacciones a estos acontecimientos. En este último caso, el candidato se hace presente en el sitio del derrumbe, del incendio o en el lugar de cualquier catástrofe ocurrida en su territorio, por ejemplo, para convertir el acto en un gran seudo acontecimiento noticioso.
Los boletines deben ir acompañados de material gráfico, auditivo o audiovisual. En consecuencia, se requiere, por lo menos, de un fotógrafo que acompañe constantemente al candidato en sus actividades diarias. Actualmente, con el desarrollo de la electrónica, es accesible para todos los candidatos la grabación continua de su campaña. Sin embargo, todo este material debe ser seleccionado para garantizar que favorece al candidato. Asimismo, su calidad debe ser verificada para que alcance los estándares técnicos que permitan su impresión o puesta impecable al aire. Conviene informarse en los medios a los que se pretende enviar boletines acerca de las especificaciones técnicas que éstos deben cumplir para ser difundidos de inmediato.
La generación de noticias acerca del candidato y de las actividades de la campaña no tiene como único propósito obtener el apoyo de los electores. También puede tener como objetivo convencer a los grandes contribuyentes, a los reporteros y a las élites políticas de las posibilidades de éxito de la campaña. En este caso, se trata de una campaña dentro de la misma campaña; esto es, de la llamada "metacampaña", cuyos resultados serán más dinero y voluntarios, así como una imagen positiva ante la prensa y los líderes de opinión, lo que tendrá efectos multiplicadores.
5. Utilizar los diarios y programas noticiosos a favor del candidato
El objetivo es que el candidato presente su mensaje en todos los foros noticiosos que se le puedan abrir: programas de discusión, debates,2 sección editorial de los diarios y todo género de reportajes y entrevistas.
Al efecto, se identifican y analizan todas las oportunidades que ofrecen los programas noticiosos para seleccionar aquellos en los que el desempeño del candidato pueda ser adecuado y cuyo público corresponda, en alguna medida, a los electores considerados blanco por la estrategia de la campaña. Enseguida, se promueve la participación del candidato mediante su presentación personal, entrevistas o artículos escritos por él.
Una tarea similar a la anterior se realiza con el fin de estimular a algunos periodistas para que comenten en favor del candidato; lo mismo que para organizar a un grupo de voluntarios de modo que con sus acciones mantengan la presencia positiva del candidato en los medios abiertos al público en general, como las "páginas del lector" en diarios y revistas, y el teléfono abierto en programas noticiosos o de comentarios que atraen a votantes habituales.3
6. Utilizar los programas de entretenimiento a favor del candidato
Consiste en presentar, en programas de entretenimiento de alto rating,4 el lado "humano" del candidato para tratar de despertar la simpatía del público. El mensaje de la campaña no se comunica directa y abiertamente, sino por medio de la exposición de los rasgos personales que puedan transmitir un contenido similar. Sus relaciones familiares, amistades cercanas, los personajes que admira, aficiones, lecturas y diversiones, el trabajo intenso y las presiones a las que se somete, la propia actitud y actividad de la esposa y los hijos, son utilizados para comunicar un mensaje que identifique al candidato con el ciudadano normal, en sus roles y problemas cotidianos.
El problema de este tipo de presentaciones es que pueden generar una reacción negativa, ya que generalmente el público de estos programas tiende a ser indiferente a las cuestiones políticas y, en buena medida, puede estar compuesto por abstencionistas; de modo que no es remoto que, por lo menos, alguna parte de los espectadores se sienta defraudada porque lo que espera y desea es diversión, no propaganda. En consecuencia, la presentación del candidato debe ser enfocada como parte del entretenimiento que el programa ofrece a su público.
De acuerdo con la estrategia del candidato, estas presentaciones pueden servir para aumentar el reconocimiento de su nombre e índice de favorabilidad y, durante los últimos días de la campaña, para convocar al voto el día de la jornada electoral.
7. Organizar actos noticiosos
Se trata de mantener la presencia del candidato en los medios de información mediante la creación de actos planeados y sistemáticos que provoquen la cobertura noticiosa; con estos propósitos, los principales son las declaraciones a los medios, las entrevistas y las conferencias de prensa.
Sin embargo, en este campo también cuenta la imaginación para provocar que la campaña sea noticia. De este modo, cumplir agendas cargadas de actividades del alba a la madrugada genera una cobertura significativa de la prensa y magnífica el contacto con los electores; construir un "muro de vergüenza" en el cuartel de la campaña, en el que se anoten, día con día, las contradicciones del oponente más importante, puede también atraer a la prensa; divulgar encuestas "confidenciales", da motivo a noticias y artículos; hacer una presentación de los spots que saldrán al aire, alimenta la curiosidad de la prensa y provoca sus comentarios; cruzarse al paso del opositor más cercano y rebatirlo, puede llamar la atención de los medios noticiosos. Estos son ejemplos que algunos candidatos han usado exitosamente para ser noticia.
La realización de estos actos exige tina gran preparación para conseguir el carácter espontáneo que les puede dar credibilidad, de ahí la necesidad de disponer de un calendario que permita llevarlos a cabo con todos los recursos necesarios y en las condiciones que puedan garantizar su éxito. Durante las últimas semanas dé la campaña, la capacidad para preparar rápidamente estos actos noticiosos puede ser muy importante para capitalizar, en favor del candidato, los acontecimientos del último minuto.
B. La preparación de los actos noticiosos del candidato
l. Declaraciones
Para lograr la difusión en las mejores condiciones y mantener el control del mensaje se aconseja lo siguiente:
- Promover la presencia de los medios. Si la campaña es pequeña, probablemente no asistirán, si no media invitación; por eso, siempre hay que confirmar la asistencia.
- Para que las declaraciones tengan mayor oportunidad de difusión deben hacerse cuando las noticias son escasas: los fines de semana, por ejemplo.
- Los medios tienen limitaciones de espacio y tiempo, por eso las declaraciones deben ser breves. Si se trata de radio y televisión, el candidato será capaz de sintetizar lo que desea dar a conocer en unos doce segundos.
- El candidato usará un lenguaje coloquial, permanecerá erguido, mirará a los ojos al reportero y usará una vestimenta que no distraiga su mensaje; jamás se presentará ante los medios con anteojos oscuros.
- Las declaraciones se harán con frases cortas que puedan constituir un encabezado de noticia y deben enfocarse directamente hacia los electores.
- El candidato dará relevancia a lo esencial del mensaje mediante el topo de la voz, es decir, con énfasis.
- Cuando el reportero cambie el tema de la declaración, el candidato volverá al mismo por medio de la repetición de su mensaje.
- Siempre se mantendrá preparado al candidato para contestar preguntas sobre sucesos del momento. Cuando no lo esté, se disculpará y pospondrá la respuesta. Es un error decir "sin comentarios" porque dará la impresión de ser culpable o esconder algo. Aclarará por qué no puede contestar o relacionar la pregunta con algo que sí pueda decir.
2. Entrevistas
Respecto a las entrevistas, las recomendaciones que se formulan con más frecuencia son las siguientes:
- Promoverlas y aceptarlas para precisar y ampliar el mensaje de la campaña, así como para atacar a los opositores o responder sus ataques o los de la prensa misma.
- Prever las preguntas, ensayar las respuestas e incluir las cuestiones que puedan poner al candidato en una situación incómoda.
- A pesar de que se haya precisado el tema y se conozcan las preguntas, preparar las respuestas a las posibles cuestiones que puedan surgir durante el desarrollo de la entrevista.
- Dado que con frecuencia las preguntas son las mismas, preparar variaciones en las respuestas para no sonar aburrido al entrevistador, que posiblemente ya las haya oído antes.
- En las respuestas destacar los elementos biográficos del candidato que den credibilidad a los temas de la campaña.
- Las entrevistas serán un intercambio de información de dos vías. El candidato puede escuchar al reportero, responder y también plantear preguntas.
- El candidato responderá de manera directa y breve; dará la impresión de seguridad, de sentirse cómodo y conocedor de lo que está hablando, pero no debe salirse de la línea preparada, a pesar de la confianza que le pueda inspirar el entrevistador, porque se expone a cometer errores o indiscreciones.
- El candidato no interrumpirá al entrevistador porque parecerá impaciente o intolerante.
- Si la tensión se eleva, el candidato procurará bajarla mediante el manejo del buen humor
- La apariencia personal debe cuidarse porque ayuda a los electores a tomar una decisión o formarse una opinión acerca del candidato.
3. Conferencias de prensa
Para que las conferencias de prensa se desarrollen con eficacia y sirvan a los propósitos de la campaña, se han formulado algunas recomendaciones:
- "La regla más importante: verificar que se está llamando a una conferencia para anunciar algo que verdaderamente es noticia para los reporteros, no algo que simplemente el candidato y los miembros del equipo piensen que lo es. Estas conferencias deben estar limitadas a aquellos temas que sean de interés tanto a los reporteros como a los electores."
- La oportunidad, el lugar, los periodistas a quienes se les permitirá preguntar y el formato de la conferencia deben servir a la estrategia y ser adecuados a la etapa en que se encuentra la campaña, así como a la capacidad del candidato para desempeñarse ante los periodistas.
- La hora estimada de terminación de la conferencia permitirá que haya tiempo suficiente para que los medios puedan preparar la información y difundirla oportunamente.
- Un local adecuado para los reporteros y su equipo será necesario. El fondo tendrá atractivo visual y manifestará organización y eficiencia. Si se invita a la televisión, el lugar debe permitir tomas visualmente interesantes.
- Se convocará por escrito, con la anticipación suficiente, para que los medios dispongan de tiempo para asistir; deben girarse a los invitados instrucciones para un fácil acceso al estacionamiento y, si procede, la literatura de la campaña relacionada con el tema que abordará el candidato.
- Se confirmará por teléfono la asistencia de los medios a la conferencia y, en el caso del radio y la televisión, solicitarles sus requerimientos técnicos, como las fuentes de poder, lugar para sus vehículos, el cableado y demás.
- La conferencia de prensa se centrará en uno o en un número limitado de asuntos. Se trata de que el candidato contribuya a conformar la agenda enfocando sus comentarios en los temas que le interesan de acuerdo con su mensaje.
- Antes de que la conferencia real tenga lugar, se realizará una simulada con los colaboradores cercanos. Se sugiere formular un listado de preguntas y contestarlas una a una. Se hará hincapié en las que pueden tener consecuencias si se contestan mal, así como en aquellas que requieren de datos, hechos o material complejo, los que deben elaborarse para apoyar las respuestas. El enfoque de la respuesta será hacia el público, no hacia el reportero. Así se puede repetir el mismo mensaje de la campaña de diferente manera.
- Es importante que la conferencia empiece conforme al tiempo programado. Conviene disponer de una persona prominente de la división electoral para que anuncie la entrada del candidato.
- "La presentación no será mayor a cuatro a cinco minutos de extensión, seguidos por diez o quince minutos de preguntas de los reporteros. La conclusión debe seguir al punto cuando las preguntas aflojen. Entonces, el candidato puede mezclarse con los reporteros por diez minutos adicionales, de manera muy cordial y con el propósito de programar entrevistas personales para aumentar la cobertura de los medios ganados."
- Para garantizar que las preguntas enfoquen los asuntos que se desea destacar, se puede sugerir sutilmente a los reporteros el planteamiento de determinadas preguntas al final, de modo que se refuerce lo que el candidato quiere dar a conocer. Sin embargo, el candidato debe estar siempre dispuesto a hablar de cualquier problema de interés público, e intentar ser directo, interesante y conocedor, así como a evitar las ambigüedades y las frases tendenciosas. Lo importante es que el candidato no se separe de su estrategia original y se mantenga a la ofensiva.
- Se recomienda preparar una presentación escrita que resuma la información importante y distribuirla a cada reportero. Si se maneja información estadística o contraria a la presentada por alguno de los oponentes, hay que adjuntar como evidencia la más amplia documentación.
- A los reporteros que no asistan se les enviará directamente el material distribuido durante la conferencia.
- Las conferencias serán un acto inusual; no debe abusarse de ellas.
4. Debates
Es frecuente que a los candidatos que participan en los debates se les califique desde tres perspectivas principales: su desempeño verbal, su actuación no verbal y sus errores. En la primera, se juzga el grado en que satisfizo las expectativas acerca de su actuación; si envió su mensaje y se mantuvo a la ofensiva; si contestó las preguntas efectivamente; si hizo todo lo que tenía que hacer; y, si estuvo mejor que sus oponentes en la confrontación de sus posiciones sobre los asuntos públicos. En la segunda, se incluye su apariencia personal, el tono de sus intervenciones, su manera de expresarse y su estado emocional. En la tercera, se comprenden toda clase de errores, desde declaraciones poco fundamentadas y réplicas pobres hasta muestras de disgusto e irritación.
Los debates televisivos ponen en juego todas las destrezas de comunicación del candidato; un descuido de la lengua, una mala respuesta, un gesto de desagrado, una postura débil serán captadas y repetidas ad infinitum. Por eso, la recomendación más general y permanente es una cuidadosa preparación y múltiples ensayos, lo más aproximados a la situación real en que se dará el debate. Esta preparación es una de las responsabilidades más importantes asumidas en este frente. La "espontaneidad" que se logre en el debate sólo puede conseguirse mediante el entrenamiento intenso.
Sin embargo, no basta que el candidato se prepare para el debate y obtenga el triunfo: es necesario que la campaña ponga en práctica algunas medidas adicionales para influir positivamente en la percepción que los electores puedan haber tenido de su desempeño.
Dado que la mayoría de los ciudadanos no sigue las campañas con gran interés, ni tiene mucha confianza en su propia evaluación,5 los comentarios de los periodistas pueden tener un impacto considerable sobre su opinión. De ahí que la evaluación que los medios masivos realizan de los debates condicione los juicios del público. Así también, la interpretación que la prensa hace del debate puede modificar las impresiones inmediatas del público.
La prensa influye en la percepción de los electores antes y después del debate. Previo a la realización, los medios noticiosos tienden a conformar las expectativas de los electores respecto al resultado probable; discuten acerca de las estrategias que puede utilizar cada uno de los candidatos; entrevistan al equipo de la campaña; y sugieren las opciones que tienen los candidatos para lograr el éxito.
De este hecho resulta una primera estrategia para la campaña: minimizar el resultado potencial del debate. Al minimizar las expectativas, se trata de colocar al candidato en la mejor posición posible para capitalizar un desempeño fuerte y racionalizar uno débil. De lo contrario, si se espera mucho del candidato, cualquier desempeño puede parecer insuficiente. Ésta es la línea informativa que se recomienda seguir antes del debate, en las declaraciones y entrevistas del candidato, así como en los boletines de prensa, artículos periodísticos y demás instrumentos con que se cuente. En contraste, se fomenta que las expectativas crezcan respecto a la actuación de los opositores para que su desempeño, aunque sea bueno, sea menor a lo que se esperaba.
Una vez transcurrido el debate ' la reacción del público se manifiesta en dos etapas. Durante la primera, la opinión de los electores es resultado de la percepción inmediata de la actuación de los candidatos, tamizada, en su caso, por su apego previo a alguno de ellos por razones partidistas o de simpatía personal, que hace que tienda a juzgarlo bajo la luz más favorable. Sin embargo, después de unos días, los recuerdos se desvanecen y se combinan con las evaluaciones que escuchan de otros electores y de los medios noticiosos acerca del debate. Es entonces cuando la opinión inicial puede ser reforzada o alterada.6
En consecuencia, la campaña debe actuar antes de que cristalicen las opiniones acerca del resultado, es decir, durante la primera etapa. La estrategia principal posdebate es promover entrevistas y declaraciones de personajes relevantes que se manifiesten sobre el resultado. Se trata de hacer que los espectadores y los representantes de los medios escuchen a figuras respetables dar razones convincentes de por qué su candidato estuvo bien en el debate. El propósito es influir en la percepción del elector acerca del resultado. Las campañas mayores disponen, generalmente, de voceros importantes que usan los medios noticiosos inmediatamente después de terminado el debate.
Otra estrategia menos común y, a veces, permitida, consiste en convocar a los partidarios en el recinto donde se realiza el debate para que se expresen positivamente durante su desarrollo y respondan, una vez concluido, a entrevistas de manera favorable al candidato. Asimismo, se promueve que los líderes de distintos grupos escriban cartas a los editores de los periódicos con comentarios positivos sobre el desempeño del candidato o bien que llamen a los programas noticiosos con igual fin. En el fondo, la estrategia es la misma: influir en la percepción del público en las horas y días cruciales e inmediatos al debate.
No existen evidencias generalmente aceptadas acerca de los efectos que los debates pueden tener en las campañas y en las elecciones. Sin embargo, algunos de ellos son reconocidos ampliamente. Entre las principales consecuencias se mencionan las siguientes:
a. Aumentan el número de electores que pone atención a la campaña
Está claro que por su mayor espectacularidad y dramatismo los debates, aun en el nivel local o estatal, atraen grandes auditorios, mayores que cualquier otra actividad que tiene lugar durante la campaña. En elecciones locales, los debates pueden servir como la fuente de información más importante, pues de otro modo las campañas reciben muy poca cobertura de los medios.
b. Proporcionan mayor información a los electores
Aportan a los electores una mayor información acerca de los candidatos y sus propuestas. Aunque con muchas limitaciones de tiempo y profundidad, permiten a los electores estar mejor informados que si no hubieran observado el debate. En consecuencia, fortalecen los valores democráticos del voto racional.
c. Refuerzan las predisposiciones de los electores
Tienden a reforzar las posiciones de los partidarios del candidato. El elector evalúa el desempeño de su candidato de modo coincidente con sus predisposiciones. Así, en la medida en que los debates tienden a reforzar las disposiciones políticas previas de los electores, dan ventaja al partido dominante en la división electoral de que se trate, si es el caso. En general, no producen cambios masivos de votos. Sin embargo, algunos electores pueden cambiar, lo que puede ser decisivo si la votación es cerrada.
d. Modifican las imágenes que tienen los electores de los candidatos
Los debates pueden afectar la percepción sobre el candidato en cuanto a su competencia, atributos personales y rasgos de carácter. El grado de afectación es inversamente proporcional al grado en que el candidato sea conocido por el público. De modo que entre mejor se conozca al candidato, será menos afectado. Por eso, se considera que el impacto es mayor en las elecciones locales y pequeñas, cuando los candidatos no son conocidos por la mayoría de los electores.
e. Contribuyen a definir la agenda de la elección
Se cree que los temas destacados en los debates llegan a ser asuntos de alta prioridad para los electores. Sin embargo, esta consecuencia tiene un carácter relativo porque no es raro que las preguntas que se hacen a los candidatos no coincidan con las que haría el público directamente ' y porque la estrategia de los candidatos es trabajar en los debates las mismas líneas que difunden en sus discursos y propaganda, independientemente de las preguntas que les hagan los periodistas o sus opositores.
1 Véase el capítulo V “Las relaciones con la prensa” de la Cuarta Parte del Manual.
2 En Estados Unidos, según una encuesta de "salida" de la CBS en 1992, el 60% de los votantes declaran que los debates les ayudaron a decidir su voto; y otro 45% señaló que recibió la misma ayuda de los programas de discusión.
3 Véase el capítulo V "Las relaciones con la prensa" de la Cuarta Parte del Manual.
4 Las presentaciones en los espectáculos televisivos fueron las primeras incursiones de los candidatos en la televisión.
5 Algunos estudios muestran que los electores tienden a "hablar más acerca de las cosas que menos les gustan de los candidatos".
6 Los resultados de las encuestas realizadas en las siguientes doce horas después del debate, son diferentes de aquellas efectuadas unos días después.
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